miércoles, 18 de enero de 2012

Que se callen los cañones

Que se callen los cañones,
que dispensen los soldados,
porque las batallas son ilusiones
que sólo producen derrotados.

Que la paz siempre predomine
sobre la guerra y la violencia,
que el hombre nunca olvide
donde lleva su impertinencia.

Que los niños puedan jugar
con sus alegrías en sintonía,
que los adultos puedan brindar
a un futuro pleno de armonía.

Que las armas sean destruidas
porque sólo causan muerte y sufrimiento,
que nuevas alianzas sean tejidas
porque de la extinción no hay arrepentimiento.



Autor: Lupércio Mundim

Lupércio Mundim nació en 1946 en la ciudad de Taubaté en Sao Pulo, a los pocos días de su nacimiento fue llevado a Ipameni, Texas, donde pasó su infancia y juventud
Graduado en Derecho,trabajó hasta su jubilación en una empresa dedicada a la informática.
Entre sus obras cabe destacar:

  • Mi
  • Alma de poeta
  • Mi Luna
  • Saudade II
  • Lisia
  • Soneto para una Princesa
  • Cantar de la Luna
  • Amor infinito
  • Paz
  • Usted
  • Mis padres
  • Inés
  • Desierto
  • Querida hija
  • Mucho










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